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POTS Taquicardia Postural Ortostática

El POTS, siglas en inglés de «Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática» (Postural Orthostatic Tachycardia Syndrome), es un trastorno autonómico del sistema nervioso que afecta la regulación de la frecuencia cardíaca y la presión arterial cuando una persona se pone de pie. Se caracteriza por un aumento anormal de la frecuencia cardíaca cuando una persona pasa de estar acostada o sentada a estar de pie, sin una causa aparente, y puede estar asociado con una variedad de síntomas.

Las personas con POTS experimentan típicamente un aumento significativo en la frecuencia cardíaca (taquicardia) cuando se ponen de pie, generalmente de 30 latidos por minuto o más. Este aumento en la frecuencia cardíaca suele estar acompañado de síntomas como mareos, debilidad, fatiga extrema, visión borrosa, sudoración excesiva, dificultad para concentrarse (niebla cerebral) y, en algunos casos, desmayos.

El POTS puede ser debilitante y afectar la calidad de vida de quienes lo padecen. Las causas exactas del POTS no siempre son claras, pero se cree que pueden involucrar un disfuncionamiento del sistema nervioso autónomo, que regula las funciones automáticas del cuerpo, como la frecuencia cardíaca y la presión arterial.

El diagnóstico del POTS se basa en la presencia de síntomas característicos, así como en pruebas específicas que miden los cambios en la frecuencia cardíaca y la presión arterial al pasar de la posición supina (acostada) a la posición ortostática (de pie). Se pueden realizar otros estudios para descartar otras condiciones médicas que podrían estar causando síntomas similares.

El tratamiento del POTS puede incluir una combinación de enfoques, que pueden variar según la gravedad de los síntomas y las necesidades individuales del paciente. Algunas estrategias comunes de tratamiento pueden incluir:

Cambios en el estilo de vida: Esto puede incluir aumentar la ingesta de sal y líquidos, hacer ejercicios de fortalecimiento muscular, usar medias de compresión y elevar las piernas cuando sea necesario.

Medicamentos: Los medicamentos, como los betabloqueantes, los agentes vasoconstrictores o los inhibidores de la recaptación de norepinefrina, pueden ayudar a controlar los síntomas en algunos casos.

Terapia física: Un fisioterapeuta puede trabajar con el paciente para mejorar la fuerza y la resistencia y ayudar a manejar los síntomas.

El tratamiento suele ser individualizado y supervisado por un médico especializado en trastornos autonómicos o en medicina interna. El pronóstico del POTS varía de persona a persona, y algunos pacientes pueden experimentar una mejora significativa en los síntomas con el tiempo y el tratamiento adecuado.

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