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Enfermedad Carotidea

La enfermedad carotídea se refiere a la acumulación de placa y el estrechamiento de las arterias carótidas, que son dos arterias principales que se encuentran en el cuello y suministran sangre al cerebro. Estas arterias carótidas son vitales para el suministro de sangre oxigenada al cerebro, y cualquier obstrucción o estrechamiento significativo puede aumentar el riesgo de accidente cerebrovascular (ictus) o eventos cerebrovasculares.

La acumulación de placa en las arterias carótidas es similar a la que ocurre en las arterias coronarias en la enfermedad coronaria. La placa está compuesta principalmente de grasa, colesterol, calcio y otros materiales, y puede acumularse en las paredes internas de las arterias con el tiempo. A medida que la placa se acumula, las arterias carótidas pueden volverse más estrechas y menos flexibles, lo que puede restringir el flujo sanguíneo hacia el cerebro.

Puede manifestarse de diferentes maneras:

Estenosis Carotídea: Esto se refiere al estrechamiento de las arterias carótidas debido a la acumulación de placa. La estenosis carotídea se mide en porcentaje, y un estrechamiento significativo, generalmente del 70% o más, puede aumentar el riesgo de un accidente cerebrovascular.

Embolia: En algunos casos, los fragmentos de placa pueden desprenderse y viajar al cerebro, bloqueando una arteria cerebral más pequeña y causando un accidente cerebrovascular embólico.

El riesgo de enfermedad carotídea está asociado a factores de riesgo similares a los de la enfermedad coronaria, como la hipertensión, el colesterol alto, el tabaquismo, la diabetes y la obesidad. La edad también es un factor de riesgo, ya que la acumulación de placa tiende a aumentar con la edad.

El diagnóstico de la enfermedad carotídea generalmente se realiza mediante estudios de diagnóstico por imágenes, como ecografías Doppler, tomografías computarizadas (TC) o angiografías por resonancia magnética (MRA). Estas pruebas permiten evaluar el grado de estenosis y la presencia de placas en las arterias carótidas.

Algunas opciones de tratamiento pueden incluir:

Cambios en el estilo de vida: Esto puede incluir una dieta saludable, dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente y controlar los factores de riesgo, como la hipertensión y el colesterol alto.

Medicamentos: Los medicamentos para controlar la presión arterial, reducir el colesterol y prevenir la formación de coágulos sanguíneos pueden ser recetados según las necesidades individuales del paciente.

Procedimientos médicos: Para casos graves de estenosis carotídea, se pueden realizar procedimientos como la endarterectomía carotídea o la angioplastia con colocación de stent para eliminar la placa o abrir las arterias estrechas.

El tratamiento y la prevención de la enfermedad carotídea suelen ser coordinados por un equipo médico que incluye neurólogos, cirujanos vasculares y otros profesionales de la salud especializados en enfermedades vasculares. El objetivo es reducir el riesgo de accidente cerebrovascular y proteger la salud cerebral.

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